
Domingo, 6 de Abril de 2014
Para el primer post de música me ha sido más fácil la elección que en el de arte. Elegía música del Medioevo o Barroco. Y si analizamos que me considero vivaldiana por los cuatro costados, sin duda para mí Antonio Vivaldi representa la cumbre del barroco italiano.
Antes de empezar a hablar de quien fue Antonio Vivaldi, donde nació, su formación y sus inicios, hay que analizar lo más importante ¿Cómo nos ha llegado su obra?
La historia del renaissance vivaldiano es digna de una novela de intriga. Aunque una cantidad importante de su obra fue impresa en vida, sobre todo por la imprenta de Estienne Roger en Amsterdam. Sólo unos pocos de estos ejemplares sobrevivieron en la Biblioteca Nacional de Turín y colecciones privadas. Dato conocido sólo por musicólogos y estudiosos.
Un dato curioso sobre la edición de sus partituras, es que a pesar de que Venecia contaba con uno de los talleres de impresión más importantes de Europa, Vivaldi se decantó por Roger ( imprimió más de 500 obras del compositor ) porque éste grababa las partituras en plancha en lugar de utilizar móviles, como se estilaba en Venecia. El resultado era más claro y legible, aunque el proceso fuera más costoso. Este detalle intuye un Vivaldi sibarita, perfeccionista y muy sensible a la belleza y la exquisitez.
Otro gran músico, Tomaso Giovanni Albinoni, siguió su ejemplo e imprimió también obras en el renombrado taller holandés. Esta afición de los dos artistas venecianos desempeñó un importante papel en la historia de la música europea. Posteriores compositores venecianos optaron también por imprimir en el norte, teniendo un efecto de difusión en los países germanos de la música italiana, y simultáneamente, hizo que los compositores del sur comenzaran a escribir música a los gustos de los nórdicos.
Descubrimiento de su obra:
El descubrimiento de su obra arranca a principio de los años 20 del pasado siglo, concretamente en 1926, en un internado piamontés regentado por padres salesianos.
Estos religiosos descubrieron una gran cantidad de manuscritos antiguos. Los hicieron llegar a manos del Dr.Alberto Gentili ( profesor de historia de la música de la Universidad de Turín ). Los inspeccionó cuidadosamente y cuando analizó volúmen por volúmen descubrió el autógrafo de Antonio Vivaldi que atestiguaba su autenticidad. De inmediato, se dió cuenta de que el asunto requería un manejo muy delicado.
El Dr.Gentili deseaba proteger este tesoro en Turín, sin embargo, la biblioteca estaba sin fondos para adquirir la colección y abordar el tema administrativo con el gobierno eran tiempos difíciles – corría la época del período mussoliniano -y si el estado se hacía propietario de la colección, ejercía el derecho de elegir la institución donde fueran a ser alojados.
Los religiosos consideraron venderlo a los anticuarios pero el Dr.Gentili no quería que acabaran en manos de comerciantes, lo que daría lugar a la inevitable dispersión de los manuscritos y su posible venta en el extranjero. El Dr.Gentili encontró un mecenas que estuvo dispuesto a comprar los manuscritos y donarlos a la biblioteca. La Universidad recibió la donación y la Biblioteca de Turín se apoderó de 97 volúmenes.
El estudio de estos volúmenes se hizo individual y cuidadosamente. El Dr.Gentili hizo un descubrimiento algo inquietante. Las últimas páginas de algunos manuscritos estaban inconclusas, con lo que se dió cuenta que en realidad sólo eran parte de una colección mucho mayor. Tras muchas indagaciones posteriores revelaron que parte de la colección había sido reunida por el Conde genovés Giacomo Durazzo ( 1717- 1794 ) embajador de Austria en Venecia y patrocinador activo de Gluck.
Otra vez el profesor Gentili tuvo que ingeniárselas y aunque le costó convencer a la familia del antiguo embajador austríaco, encontró un nuevo mecenas dispuesto a comprar la colección del Conde y donarla a la biblioteca.
Gracias a sus esfuerzos incansables y el ingenio del Dr.Gentili, la gran colección vivaldiana se guardó para la posterioridad en la Biblioteca Nacional Universitaria de Turín.Después de la liberación de Italia en 1945, Antonio Fanna – un jóven veneciano de negocios y ferviente admirador de Vivaldi -funda el Instituto italiano Antonio Vivaldi para la publicación y difusión de su música. Contó con la colaboración de la Casa Ricordi, la mayor casa editorial de la música italiana.
Las condiciones para la edición no pudieron ser más difíciles en ese momento, después de la guerra Italia estaba empobrecida,la imprenta Ricordi había sido bombardeada y su almacén se quemó. Fue un doble reto, el de la reconstrucción de Italia en la posguerra y la importancia de la edición de estos manuscritos recién descubiertos.
Y es así como surge Vivaldi renaissance, en el siglo XX. La Vivaldi Edition: un proyecto de grabación concebido por el musicólogo Alberto Basso y el sello discográfico Naïve, uno de los proyectos musicales más ambiciosos del siglo XX.
Fue el Instituto per i Beni Musicali en Piamonte, en concierto con Naïve Classique y la Biblioteca Nacional Universitaria de Turín, que se comprometieron a grabar una edición en CD de la gran colección de manuscritos autógrafos de Vivaldi conservados en esta Biblioteca ( cerca de 450 obras ). Es todo un tesoro !!!!!
Este conjunto de grabaciones incluye óperas – para mí lo mejor de Vivaldi, su composición vocal – misas, motetes, salmos, magnificats, cantatas, oratorios, cientos de conciertos,……La mayoría de estas obras no se ha sabido nada de ellas desde el siglo XVIII y ahora están viendo la luz. Se les está dando vida a muchas obras inéditas.
La exquisitez de este proyecto llega a su cenit reuniendo a las mejores orquestas barrocas del mundo y sus directores – CONCERTO ITALIANO, Rinaldo Alessandrini. LE CONCERT DES NATIONS, Jordi Savall. ENSEMBLE MATHEUS, Jean-Christophe Spinosi. MODO ANTIQUO, Federico Maria Sardelli. ACADEMIA MONTIS REGALIS, Alessandro de Marchi. ACCADEMIA BIZANTINA, Ottavio Dantone. IL POMO D’ORO Ricardo Minasi, etc….
A las mejores voces barrocas – Sara Mingardo, Nathalie Stutzmann, Philippe Jaroussky, Sonia Prina, Marie-Nicole Lemieux, Topi Lehtipuu, Sandrine Piau, Veronica Cangemi, Lorenzo Regazzo, Gemma Bertagnolli, Roberta Invernizzi, Anna Simboli, Ann Hallenberg, Nicola Ulivieri, etc…. Y cada uno de elllos reunidos en los lugares que técnicamente reúnen la mejor acústica para su grabación – la Iglesia de Notre-Dame du Liban en París. El teatro Olímpico de Roma. La Villa San Fermo, Lonigo en Italia. La Sala Academia del Pontificio Instituto di Musica Sacra en Roma, etc…..
¿Qué puede surgir de todo esto? Algo excepcional, maravilloso y único.
Cada vez que consigo reunir un CD a mi colección vivaldiana Naïve, cada vez que abro el precinto del CD, le doy al PLAY y me dispongo a escuchar una nueva grabación que ve la luz. Respiro hondo y se me eriza toda la piel. Porque me dispongo a escuchar algo único, el trabajo reunido de musicólogos, directores, orquestas, cantantes, etc… Tiene su resultado en ese pequeño compacto que hace las delicias de todos los vivaldianos y amantes del Barroco.
La revelación de un genio, no sólo como compositor instrumental, innovador pedagogo y el creador de las composiciones vocales más importantes del siglo XVIII. Vivaldi es sin duda la cumbre del Barroco italiano.
Los comienzos:
Su afición a la música le viene por su padre, Giovanni Battista Vivaldi, violinista en la capilla ducal de San Marcos. Vivaldi ordenado sacerdote en 1703, tuvo que abandonar los hábitos poco después por una afección asmática. En esa misma fecha entra como maestro de violín en el conservatorio del Ospedalle della Pietá, un orfanato para niñas.
El Ospedalle della Pietá:
Esta institución era a la vez orfanato, reformatorio y conservatorio de música, uno de los mas afamados de la ciudad. Los espectáculos musicales en el Ospedalle della Pietá eran extraordinariamente populares y atraían a distintas clases sociales. Su ingenio musical pronto se exhibió en las piezas y daban como resultado un alto nivel de las alumnas. Como dato curioso, las jóvenes se mantenían ocultas tras una discreta pantalla durante el concierto.
No era el único maestro del orfanato, coincidió con dos expertos en oboe que introdujeron en el Ospedalle el estudio de un instrumento de reciente aparición: la flauta travesera.
Vivaldi supo sacar provecho del alto nivel interpretativo del Ospedalle. Esto le facilitó el acceso a conocimientos técnicos especializados que le habrían sido difícil de adquirir. Este dato permite entender por qué fue uno de los escasos músicos italianos de su tiempo que compuso para fagot, oboe, flauta y clarinete, instrumentos tan poco comunes es esa época.
Fue también uno de los primeros compositores italianos en mostrar un interés por los instrumentos de viento, que en las orquestas francesas y germanas gozaban ya de un amplio repertorio, pero que en Italia eran casi despreciados. Vivaldi los usó en sus obras incluso con rasgo de solista – Concerti per fagotto, Sergio Azzolini. Concerti per flauto traversiere, Kuijen. Naïve –
Escribió incluso para instrumentos como la mandolina, el laud o la viola d’amore, que dejaron de formar parte del repertorio del siglo XVIII.
Vivaldi escribió la mayoria de sus conciertos, cantatas y música sacra para el Ospedalle della Pietá, al igual que su música sacra vocal, principalmente fue para el orfanato ( más de 60 ) y fue nombrado ” maestro di concerti ” ( director musical ) del Ospedalle en 1712, sin obviar, que su relación con la junta directiva de esta institución fue a menudo tensa.
Empresario:
Después de renunciar a las órdenes eclesiásticas y a comienzos de 1710, no tardó en ganarse una sólida reputación como violinista y era ya famoso como compositor tanto en Venecia como en las principales plazas musicales europeas. Compuso varias serenatas encargadas por la corte de Versalles o por embajadores franceses en Italia. Cabe destacar La Senna Festeggiante – serenata concebida como alabanza al rey Luis XV. En ella, dos personajes alegóricos, la Edad del Oro y la Virtud, interpretados por una soprano y una contralto, buscan la felicidad perdida y la reencuentran en las riberas del Senna. La composición consta de dos partes, ambas precedidas por introducciones instrumentales que emplean la forma de la “Ouverture” teatral francesa – y La Gloria e Himeneo – serenata conmemorativa con motivo del nacimiento en 1727 de las hijas gemelas del rey de Francia Luis XV.
Comienza también su intensa colaboración con el Teatro Sant’Angelo de Venecia y en 1713 estrena su primera ópera – Ottone in Villa – en Vicenza. Precisamente es en Venecia ciudad en la que nace la ópera italiana, donde un genial compositor – Claudio Monteverdi – fijó los rasgos de este género.
Conciertos y sonatas:
El grueso de su producción musical lo conforman los conciertos. Los conciertos son los que más fama le han dado, compuso más de 500 de los cuales la mitad están escritos para su instrumento rey, el violín. Sólo una pequeña parte fue publicada en vida del compositor. Todos ellos están integrados por doce conciertos cada uno y los más importantes son:
– Sonate da Camera a tre, Op 1 ( 1705 ) : Son sonatas en trío. Es una recopilación de música de cámara para dos violines y bajo continuo.
– L’estro armonico, Op 3 ( 1711 ) : Con su tercer opus se convirtió en el compositor de moda en Venecia. Este concierto para violín tiene un célebre antecesor – el Op 6 de Corelli – . L’estro introduce un estilo totalmente novedoso, el rasgo característico del estilo vivaldiano, es decir, la estructura tripartita en tres movimientos, los dos extremos ràpidos y el intermedio lento. Sobre todo el rasgo típicamente vivaldiano, consiste en hacer del solista un antagonista de la orquesta, la búsqueda del contraste y el ritmo. Rasgos que distinguen al maestro veneciano de sus contemporáneos. Este Opus está dedicado al Gran Príncipe Fernando de Toscana, quien patrocinó a muchos músicos como Alessandro Scarlatti y Haendel. L’estro fue un gran éxito en toda Europa y fue seguido en 1714 por La Stravaganza.
– La Stravaganza, Op 4 ( 1714 ) : Colección de conciertos para violín solo y cuerdas. Estuvo dedicado a un antiguo alumno de violín de Vivaldi – Vettor Dolfin – quien fue un noble veneciano.
– Il Cimento dell’armonia e dell’invenzione, Op 8 ( 1725 ) : Entre estos conciertos se encuentran los agrupados bajo el título Las cuatro estaciones, los tres restantes son La tempesta di mare RV 253, Il piacere RV 180 y La caccia RV 362. Es decir, que Las cuatro estaciones de Vivaldi no son un concierto, son parte de uno, de su Opus 8. Me enerva cuando los “no melómanos” dicen conocer a Vivaldi y se limitan a citar sus cuatro estaciones. Estas cuatro partituras mantuvieron vivo el nombre de Vivaldi tras su muerte, en un momento en el que el resto de su producción caía en el olvido. Su caso muestra similitud con el de Rachmaninov, una parte muy pequeña de su abundante producción musical ha oscurecido el resto. Bajo la música instrumental, se enconde una producción vocal de interés realmente atractiva. Bach llegó a transcribir conciertos suyos a órgano.
– La Cetra, Op 9 ( 1727 ) : Conciertos dedicados al emperador austriaco Carlos IV, con gran aptitud para la música. Vivaldi nombró a esta colección de conciertos La Cetra ( la Cítara o lira ) en alusión a la musicalidad del Emperador. Los dieciséis años que separan La Cetra de L’estro armonico, evidencia su madurez compositiva; el estilo rítmico se diversificó mas y los acompañamientos de los pasajes solistas son más variados. Lejos queda el impulso juvenil de la colección pionera de Vivaldi L’estro armonico, o la expresiva imaginativa de los conciertos del tipo de los de Las cuatro estaciones de Il Cimento dell’Armonia e dell’Invenzione publicados en 1725. La Cetra es el mejor ejemplo de concierto para violín de Vivaldi escrito en su período más fructífero y de mayor éxito.
Las sonatas ocupan un lugar menor respecto a los conciertos. Entre ellas sobresalen las escritas para violín y bajo contínuo. El bajo contínuo es un acompañamiento formado por un instrumento melódico ( violonchelo o fagot ) y uno armónico ( órgano o clave ). Un ejemplo de composición de sonata vivaldiana es su primera obra publicada, su Opus 1 ( 1705 ) : 12 sonatas para 2 violines y bajo contínuo. La característica principal es la de seguir el modelo corelliano que muestra por primera vez al público veneciano, un estilo único y original. Hay que destacar de este primer opus la sonata nº 12 RV 63, titulada La Follia ( la locura )- también conocida como Folías de España, uno de los temas musicales europeos más antiguos. Es una danza de la que también escribieron Diego Ortiz ( 1510-1570 ), Antonio de Cabezón ( 1510-1566 ), Marin Marais ( 1656-1728 ), etc… –
Para acabar un apunte respecto a su obra. Se encuentra clasifica según el catálogo Ryom ( RV ) o Ryom Verzeichnis abreviado como RV, elaborado por el musicólogo danés Peter Ryom en 1973. La realizó basándose no en la cronología de las obras, sino en otros tres criterios : el género, los instrumentos para los que se compuso la obra y la tonalidad.
Bibliografía :
– MUSICALIA. Enciclopedia y guía de la música clásica. Tomo IV. 1988. Salvat Editores, S.A.
– GRAN HISTORIA DE LA MÚSICA. La música desde los inicios hasta el Barroco. 2001. Salvat Editores.
– HISTORIA DE LA MÚSICA. Del apogeo del Barroco a Beethoven. Tomo IV. 1997. Ediciones Turner S.A.
– MICHAEL TALBOT. Vivaldi. 1990. Editorial Alianza.